Los wireframes se caracterizan por no incorporar ningún detalle tipográfico o de color, así como ningún otro aspecto gráfico o estético. De este modo, se consigue que la atención de las personas implicadas en la creación de la web se centre en las funcionalidades, comprobar cuál es la experiencia del usuario y dar prioridad a los contenidos del proyecto.
Gracias a los wireframes, tanto el cliente como el equipo de diseño pueden hacerse una idea rápida de qué elementos y contenidos se mostrarán en el web, con la ventaja de no tener que dedicar su atención a otras cuestiones que ya se analizarán más adelante, como los colores, los logotipos, las texturas o la tipografía.
Los wireframes son herramientas muy útiles para evaluar funcionalidades y contenidos. Ayudan a separar claramente los elementos que realmente aportan valor al proyecto web de los detalles puramente estéticos o de diseño. Son una guía para que los diseñadores puedan sacar jugo de su creatividad sin perder de vista la usabilidad del sitio.